martes, 31 de octubre de 2017

Reseña de "Pacificum, el retorno al océano" por Hugo Flores


Tenía muchas ganas de ir a ver “Pacificum: el retorno al océano” y de antemano, confiaba en su riqueza visual, pero no imaginé que sería tanto más que eso. Resultó ser una película hermosa, relevante y de gran valor científico; muy emocionante para los peruanos. “Pacificum…” explora las profundidades del Océano Pacífico en nuestro litoral y nos muestra su conexión con el ser humano, una simbiosis que existe hace miles de años. Además incorpora un análisis histórico que ofrece un panorama aún mayor. Evelyn Merino Reyna y Henry Mitrani son los productores de la película y quienes tuvieron esta brillante idea de hacer un documental que devele los misterios del mar peruano y que lo acerque a la gente.




La historia empieza en el desierto de Ocucaje en Ica y se cuenta desde el punto de vista de una voz en off femenina, tenue y sosegada. Esta dulce narradora luego alterna con la perspectiva de 4 expertos en diferentes campos: Yuri Hooker (Biólogo marino), Rodolfo Salas (Paleontólogo de vertebrados), Jose Canziani (Arquitecto y urbanista) y Belén Alcorta (Especialista en eco-turismo). Con su análisis particular, cada uno de ellos ayudará a develar algunos de los misterios sobre el pasado de la civilización peruana y su relación con el mar.  Es una historia apasionante, que mantiene su postura científica y trascendental. La película nos enseña con opiniones calificadas y nos pasea, con tomas dignas de apreciar, por lugares reveladores: huacas, templos y otras edificaciones ancestrales. Es fascinante como los protagonistas van interpretando fósiles y descifrando frisos en edificaciones antiguas de culturas costeñas, develando costumbres de los antiguos pobladores, antes de entrar decididamente en lo profundo del mar.




La dirección de Mariana Tschudi es sublime, toda la película se impregna uniformemente de una buena vibra y de un tono concientizador y optimista. Es sobrecogedor ver cine (y además peruano) contado con tal profundidad científica y con tanta delicadeza poética. Mariana analiza la historia de la costa para entender cómo fue la relación de antiguos pobladores con el mar, evidenciando el respeto y la gratitud que tenían estos por la abundancia que les brindaba el mar. Asimismo, nos advierte sobre las consecuencias de depredar o de ensuciar el océano y expone nuestra falta de conciencia. La directora utiliza mayormente tomas aéreas y acuáticas que permiten observar los comportamientos de los animales y de la tierra, con un enfoque mucho más “elevado”, porque la amplia perspectiva evidencia el paso del tiempo y nos conecta de una manera emocional con la naturaleza. Eventualmente, la película tiene éxito demostrando la estrecha conexión que tenemos con el mar y los impactos que hemos provocado en él (negativos y positivos). 




Entre los momentos mas memorables destaco, personalmente, el inicio, en que la hipnótica narración nos sitúa flotando a la deriva antes que aparezca por primera vez la vida en tiempos prehistóricos; el alucinante buceo con una bandada de minúsculos crustáceos rojos que se alimentan de plancton; las innumerables variedades de peces, anémonas y otras extrañas criaturas que se muestran (muchas de ellas recién descubiertas durante esta exploración), y las majestuosas ballenas, que son el principal símbolo de esperanza de esta cinta.




Loable en todo sentido, el esfuerzo cinematográfico es tan grande como la exploración y el análisis científico. La narrativa aporta belleza, optimismo y sentido a las imágenes que están finamente escogidas. Creo que es todo un triunfo peruano del que el mismísimo Custeau estaría orgulloso y que debe inspirar esfuerzos similares en el futuro.


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