Una película con Edward Norton, Colin Farrel y John Voight parece más que garantizada, podríamos esperar ver emocionantes escenas cargadas de acción, con persecuciones de alta velocidad, balaceras y adrenalina, en un argumento candente, complejo y con memorables interpretaciones. Sin embargo "Pride and Glory"(2008) no llega a cumplir con la audiencia.
Destacando al siempre eficiente Norton, contamos además con la acertada interpretación de Noah Emmerich y con una premisa interesante: “Una familia de policías se ve dividida tras una investigación comprometedora por uno de los hermanos”. Pero “Pride and Glory” nos desmiente a medida que la trama se va develando y se pierde, dejando de lado aspectos claves de la historia y desligándonos de la emoción que deberían proyectar sus personajes, no sorprende ni conmueve y deja partes de la historia sin resolver.
La trama se desata de modo sencillo y altamente dramático (no necesariamente en el buen sentido). Un grupo de policías está en un evento civil, cuando de pronto reciben la noticia de que un grupo de policías del escuadrón 31 ha sido asesinado en una emboscada cuando pretendían capturar a un delincuente. Todo el departamento esta tenso y afectado con este terrible incidente, en especial Francis Tierney Jr. (Emmerich) que era el oficial a cargo del escuadrón, y su cuñado Jimmy Egan (Farrel) uno de los integrantes.
En medio de esta inseguridad, el jefe de detectives de la policía y padre del jefe del escuadrón 31, Francis Tierney padre (John Voight), encarga a su otro hijo el detective Ray Tierney (Norton) que tome el caso y se encargue de la investigación. Pero a medida que Ray se interna cada vez más en su labor, va develando una serie de irregularidades que lo llevan a pensar que los delincuentes fueron avisados del operativo por alguien de la policía, involucrando indirectamente a su hermano, a su cuñado y a gran parte del departamento de policía de Nueva York.
Mientras por momentos se nos muestran los lazos familiares sólidos y el lado más fraternal que une a la familia Tierney, por otro lado se nos presenta su lado oscuro y las repercusiones de los otros integrantes del cuerpo que ya están corrompidos. Estas revelaciones van confundiendo a Ray (y a la audiencia) y generan conflictos con su hermano mayor, que llevan a Ray a confesar su dilema con su padre y hasta a enfrentarse con asuntos internos, mientras intenta reconciliarse con su ex esposa.
En general la película trata de llevar todos los elementos y las ramificaciones que se desprenden de los personajes y sus acciones, pero falla en mantener la cohesión de los hechos y en despejar cabos sueltos. Hay momentos en los que se siente la dureza de la edición en la prolongada trama. Desde la profundidad que falta en personajes como la hermana de los Tierney o la ex esposa de Ray, hasta las acciones de Francis Jr., justificadas por su esposa enferma de cáncer, hay elementos que se sienten vacios e insípidos.
La fotografía enfatiza en tomas nocturnas, sirenas, luces de emergencia, letreros de neón y licorerías del Bronx. Se utilizan cámaras en mano en las escenas emocionantes como los operativos policiales, pero en general la narración visual es clásica. Fuera de ello la fotografía en general me hizo extrañar un poco las habituales tomas aéreas de Nueva York y la imponente personalidad de sus edificios, que normalmente co-protagonizan un filme en esta ciudad. Tampoco se aprovecharon muchos escenarios representativos de Nueva York como Manhattan. Claro que no esperaba ver hermosas postales como lasde Woody Allen ó nostálgicos y sórdidos retratos neoyorkinos como los de Scorcesse, pero en todo caso, se hubiera podido sostener la historia en cualquier otra ciudad del mundo, una ciudad como Nueva York siempre roba camaras.
El director Gavin O Connor se refugia en lugares residenciales, bahías y edificios abandonados o de mala muerte, bares, etc., con actores eficientes y de buena reputación, y entrega una cinta autocompasiva, con hoyos argumentales, y de prolongada duración que no llega a dejar una huella trascendental en la mente. "Pride and Glory" es olvidable, suficientemente mala para ni siquiera odiar y poco recomendable.
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